martes, 2 de abril de 2013

Juan Ramón y la subvencionada chapucería


Juan Ramón Jiménez
Poesía escogida, I (1908-1912)
Conferencias, I
Visor Libros. Madrid, 2012


En 1956 murió Zenobia; en 1958, Juan Ramón Jiménez. Cincuenta años después se conmemoró la efemérides con multitud de actos y abundante dinero público. Lo que debía quedar de esa celebración era una edición de toda la obra de Juan Ramón Jiménez, la que publicó en vida y la que dejó inédita, en volúmenes sueltos, elegantemente impresos de acuerdo con su sobrio estilo y prologados por conocidos escritores. La edición, ordenada y dirigida por Javier Blasco y Francisco Silvera, la coordinaba Antonio Piedra y en ella colaboraron el Comité organizador para el Trienio Zenobia-JRJ, la Diputación de Huelva, la Fundación Jorge Guillén, la Junta de Andalucía y la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales.
            En 2006 apareció el primer volumen, Rimas, prologado por Ángel González. Todavía siguen apareciendo nuevas entregas, que nadie lee, que nadie parece haber leído antes de darlas a la imprenta, ni el director de la colección ni ningún responsable de las abundantes entidades colaboradoras.
            Poesía escogida I (1908-1912) se titula uno de los últimos volúmenes aparecidos. Eso es lo que se lee en la cubierta, pero la portada dice otra cosa: Prehistoria poética de JRJ (1895-1902), Primeras poesías (1898-1902), Arte menor (1909-1922), Esto (1908-1911). Y si miramos el índice vemos que, en un apéndice (hay numerosos apéndices, con diversa numeración y sin explicación ninguna), se incluyen “Nubes sobre Moguer (1896-1902)”, “Violeta del naranjal y ninfeas del pantano (1896-1902)” y “Roces de otras voces (1896-1902)”. Una nota previa nos indica que se trata de un proyecto de investigación titulado “Reconstrucción de los libros de poesía de Juan Ramón Jiménez (que quedaron inéditos a la muerte del poeta) a partir de los documentos de sus archivos”, proyecto que tiene un responsable académico (Javier Blasco), otros científicos (Teresa Gómez Trueba y Francisco Silvera Guillén) y numerosos colaboradores. Y parece que como no encontraron medio mejor de publicar sus investigaciones las incluyeron en uno de los tomos previstos para la magna edición del cincuentenario, sin importarles que ni el título ni las fechas coincidieran.
No es el único caso de esos desajustes. Abrimos el tomo 22, que lleva en cubierta el título Poesía escojida V (1936-1956) y nos encontramos con este otro título en la portada En el otro costado (1936-1942). Da la impresión de que alguien presentó la lista con los títulos de los 47 tomos previstos, más uno de índices, sin saber muy bien lo que se iba a incluir en ellos y que luego, una vez aprobada la subvención, esos títulos no se podían modificar, aunque no se correspondieran con el contenido.
De esos cinco títulos de poesías escogidas, los dos primeros se escriben con la ortografía académica y los tres siguientes con la peculiar ortografía del poeta. Quizá la razón fuera que en sus primeros libros Juan Ramón aún no la había adoptado, pero entonces no se explica que en Poesía escogida II leamos en uno de los poemas “de vez en cuando, en un jesto rápido y único”.
Una de las peculiaridades de estas Obras de Juan Ramón Jiménez es que los criterios generales de la edición no se publican en ellas, sino en un número de la revista Cuadernos Hispanoamericanos, correspondiente a julio-agosto de 2007 (los criterios de cada uno de los tomos, tan necesarios, no se publican en ninguna parte).
Pero no acaban aquí los disparates de una edición financiada con dinero público. Entre los prólogos, encargados a conocidos escritores, algunos de ellos incluso admiradores y buenos conocedores de la obra de Juan Ramón Jiménez, abundan los dislates más o menos divertidos. José María Conget se encarga de prologar uno de los Libros de Madrid, pero a él lo que le apetece es otra cosa y aprovecha que en un párrafo Juan Ramón menciona la palabra Nueva York para hablar de la relación del poeta, no con Madrid, sino con Nueva York (recuerda a aquel alumno al que en un examen le preguntaron por Manuel Machado y como él había estudiado al otro Machado escribió “Manuel Machado era hermano de Antonio Machado. Antonio Machado es autor de…” y completó el examen hablando solo del autor de Campos de Castilla).
Pero de todos estos prólogos el que se lleva la palma es el de Antonio Orejudo a Conferencias, I. Comienza indicando que nunca le ha interesado la figura de Juan Ramón Jiménez. Todo le molesta en él, comenzando por su sintaxis y su afán de corregir, pero lo que más le molesta son “sus faltas de ortografía” que le hacen “tropezar durante la lectura”.
¿Faltas de ortografía Juan Ramón Jiménez? Antonio Orejudo no se ha enterado de la diferencia entre las faltas de ortografía y el uso de diferentes sistemas ortográficos (a la ortografía del poeta la llamará más adelante “infantil y genialoide”). Como muchas personas más o menos cultas, Antonio Orejudo ignora que la ortografía es algo convencional, que ha ido cambiando a lo largo del tiempo, que seguirá cambiando, que es producto de discusiones y acuerdos. Juan Ramón Jiménez, con muy buen criterio, discrepaba de ciertas normas académicas y proponía otras más racionales y respetuosas con el espíritu de la lengua. No se tuvieron en cuenta, pero su empeño en mantenerlas tiene un gran valor pedagógico: nos muestra lo convencional de la ortografía (los libros editados en distintas épocas tienen ortografía distinta y no por eso “dañan la vista” ni “destrozan el idioma”.)
A Antonio Orejudo no le interesa Juan Ramón Jiménez y está en su derecho. ¿Pero a qué perder el tiempo él y hacérnoslo perder a nosotros prologando un libro del poeta?
“En las conferencias de este volumen no vamos a encontrar a un pensador. Jiménez no lo es y, francamente, tampoco lo pretende”, escribe Orejudo. “Y sin embargo estas piezas me han interesado”, añade. Respiramos tranquilo. ¡A Orejudo le interesa Juan Ramón Jiménez! Y desea lo mejor para él: “Ojalá que a Jiménez no le suceda lo mismo que a Bécquer y a Lorca, quienes jamás se recuperarán del daño que les han inflingido sus adeptos”.
Luego demuestra no haber entendido nada de las conferencias. En la línea institucionista escribe Juan Ramón: “Preso han tenido siempre la aristocracia y la burguesía españolas, ayuno de todo, al pueblo, que entiende mejor que ellas a San Juan de la Cruz y a todos los poetas, aristocráticos por poetas y por amigos del pueblo auténtico”. Candorosa y falsa le parece a Orejudo esa observación “como sabe cualquiera que haya intentado enseñar poesía en un instituto o incluso en la universidad”.
 Y a continuación le acusa de no decir “ni una palabra de la situación real del pueblo real, de sus infrahumanas condiciones económicas, de su analfabetismo, de su sometimiento al poder, asuntos que sí trataron otros intelectuales y artistas de la época”.
Qué atrevida es la ignorancia. Y qué poco aprecian su prestigio intelectual Javier Blasco, Francisco Silvera y los otros responsables de esta edición de las Obras de Juan Ramón Jiménez que tan bien representa la despilfarradora chapucería de una época que no debería volver a repetirse.

7 comentarios:

  1. Quizá soy de nuevo la primera en comentar. Lo que pasa es que tengo este blog en mi lista de lecturas y salta cuando hay nueva entrada. Pero esta vez no voy a crear polémica, o eso espero. Simplemente diré que, siendo la poesía una modalidad de la Magia (pues Magia es expresar con palabras lo que es imposible expresar con palabras), JRJ es uno de los poetas más grandes de la historia de la humanidad. Y es una gran suerte que escribiera en nuestro idioma, pues gracias a eso podemos disfrutarlo en versión original sin subtítulos (sin traducción: traducir es traicionar, etc). En zUmO dE pOeSíA publicamos muchos poemas de JRJ, de ésos en los que rompió la barrera del lenguaje (como algunos aviones rompen la barrera del sonido, y entonces se oye un trueno… y eso es la poesía). Hoy mismo publicamos un poema de Juan Ramón. Copiopego:


    Yo, centro de mi mundo inmenso.

    Tú, de tu inmenso mundo

    centro.

    ¡Qué inmenso penetrarse

    de tantas cosas dobles y distintas

    hasta encontrarnos ambos, como uno,

    en medio de los dos!

    (En el capítulo de los “peros”, cierta tendencia a usar un lenguaje rebuscado. Esos “cual” en vez de “como”, esos “cuán” en vez de “cuánto”… Pero, siendo para nosotros un defecto, no le resta un ápice de genialidad.)

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  2. Al responsable de este blog, y en general a cualquiera, la recomendación de una obra de Juan Ramón, hasta hace poco inédita: "Ellos". Son poemas a la familia, sobre todo a su madre. Y no son nada ñoños. Merece la pena. Y aunque a mí da un poco igual, interesante puede ser para algunos también la parte en la que salen manuscritos los poemas.
    A zUmO respondo que Juan Ramón de rebuscado tiene bien poco. No te tomes esto como un ataque; sólo es una manifestación de desacuerdo. Fíjate que hubo una época en la que una de sus correcciones fue quitar algunos "mas" para poner "peros" en su lugar. Y el uso a veces de "cual" en lugar de "como" o "cuan" en lugar de "cuanto" puede obedecer a muchas razones, pero eso tampoco tiene gran relevancia y es una vaguedad de tu parte calificar su lenguaje como rebuscado.

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  3. Lo de que "Ellos" es un libro publicado hace poco es relativo. No es de este año, como muchos sabrán, pero yo me hice este año con él y he querido recomendarlo a quien no lo conozca. Porque lo de JRJ es una cosa loca, una barbaridad. No hay manera de hacerse con toda su obra. Y no todo en "Ellos" es material inédito, pero en lo que sí lo es rigurosamente hay mucho valor poético. Nada sorprendente en su estilo, claro, sino en la temática.

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  4. Lo de la (seguramente imposible) Obra Completa de JRJ no es una "cosa loca", sino un resultado de su propio modo de reeescribir obsesivamente lo escrito, a más de las azarosas circunstancias de su vida que desperdigaron mucho material. Tampoco son factibles, y acaso nunca lo serán, unas obras realmente completas de muchos otros autores, algunos de primerísima línea; piénsese en el caso de Pessoa, por ejemplo. Y, a mi entender, eso no es algo que deba preocupar más que a algunos estudiosos. En lo que escribió JRJ (o el mismo Pessoa) hay mucho material desechable, mucho que ellos jamás hubieran seguramente querido ver publicado, y que en todo caso no añade nada a aquello por lo que son merecidamente recordados. Al lector normal le basta, pienso, con conocer una selección de lo mejor o lo más representativo, hecha a ser posible con gusto y con criterio. Afortunadamente las hay, en los dos casos que he citado. Pondré sólo como ejemplo "Un corazón de nadie", la excelente antología de Pessoa preparada y traducida por el tristemente desaparecido Ángel Campos Pámpano; quien la haya leído de veras tendrá, a mi parecer, una idea justa,representativa y suficientemente amplia de la espléndida poesía del portugués. A partir de ahí, uno puede (con sobrada razón) volverse todo lo fanático que quiera, y buscar por todas partes; mi recomendación, en ese caso, es que se haga el esfuerzo, no grande y sí generosísimamente recompensado, de aprender la lengua portuguesa, tan fraternalmente cercana a la española, al menos lo bastante para leerlo en sus originales, aunque incluso sin eso el material es abundante. Pero dije "con gusto y con criterio". No es, a lo que parece, el caso de esta edición. Y eso es una verdadera lástima, porque supone algo peor que tirar el dinero; supone, lejos de mejorar lo que ya existe (única justificación posible para una empresa así), embarullar y confundir más las cosas, dejándolas al final seguramente peor de lo que ya estaban.

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    1. Yo a JRJ lo descubrí gracias a Vicente Gaos y el excelente prólogo de su antología de Cátedra, que creo que ya no se encuentra. Me convenció para hacer una segunda lectura y entonces ¡clic! lo comprendí. En cuanto a la ortografía, yo no creo que sea algo tan conceptual como dice JLGM. Me parece más bien intuición y hermanamiento -a través de la sonoridad de las palabras, de su raíz esencial- con las gentes sencillas, que no son una mera masa ignorante digna de compasión. Qué curioso: de los ricos ignorantes nadie se compadece.

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  5. No puedo resistirme a solicitaros la paciencia que no mostráis; está corrigiéndose el vol. 48 donde cada cosa que criticáis está respondida; se trata de un trabajo redactado a lo largo de casi 8 años. Hablar como habláis de JRJ demuestra que jamás habéis salido del tópico promovido por sus editores, que suelen firmar en las cubiertas con él: eso sí, con grandes golpes de pecho de "juanramonianismo" arrojable a los demás. ES MENTIRA LO DE LA OBRA INÉDITA DE JRJ, id a los archivos y mostradla a la gente: os reto. ¿Habéis estudiado sus manuscritos? Por favor, qué fácil y gratuito resulta criticar un trabajo de tantos años de desvelos y sacrificios SIN COBRAR PRÁCTICAMENTE NI UN EURO. ¿Os habéis fijado que los veintintantos libros publicados en vida por JRJ está otra vez disponibles exentos y en ediciones limpias? Eso importa. Nombrad una sola edición de medio centenar de tomos en la calle en 8 años. Probablemente aplaudisteis la edición de la BLU, siendo ésta casi la misma. Criticáis precisamente el hecho sobresaliente; esto es, que habiendo visto sobre la marcha el disparate de los supuestos inéditos de JRJ (que podrían llegar a ser más de 500 títulos si siguiéramos a algún loco o loca más juaramoniana que Juan Ramón) hayamos decidido ordenar todo en oleadas graduadas según su credibilidad y cercanía a la escritura del autor y no de sus intérpretes. Nosotros no respetamos la figura de JRJ... ¡y el que piensa por él y decide por él: sí!, ¿verdad? El vol. 48 propone una nueva visión de la Obra en Marcha de JRJ, y, por cierto, leáse el prólogo de Orejudo, prólogo a la contra, porque termina diciendo exactamente lo contrario de lo que afirma al comienzo, pero el prejuicio hagiográfico, del que habla Conget, prosista de primera que engrandece con su nombre la obra del Moguereño, no sólo estalla injustamente alrededor de él sino que deforma su republicanismo, su ateísmo y materialismo beligerantes, su relativismo ético, y su esteticismo metafísico como claves de su monismo prácticamente spinoziano. Igual que habéis supuesto todas estas maledicencias e insidias sin contrastar las informaciones ni pedir datos, os agradecería unas disculpas o una crítica seria cuando leáis el vol. 48.

    Gracias. Fco. Silvera, exclusivamente y a título personal.

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  6. Pues mejor esperar al título 48 para responder. Pero mucho paciencia se pide a los lectores. Esas necesarias explicaciones deberían ir en cada tomo.
    Y gracias por la respuesta.

    JLGM

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